Diaria conversión
Cuando nos hablan de conversión solemos creer que es un acto que se hace una vez por todas, pero no es así, la conversión es un acto que debemos realizar día a día, mientras tengamos vida. El deseo de conversión es producto de un encuentro cercano con Cristo, con ese hombre que se encarnó, vivió y murió, pero más aún, resucitó por y para nosotros. Él vino directamente a nosotros para llamarnos a la conversión. Él mismo se hizo uno de nosotros para así, como un hombre igual a nosotros en todo, menos en el pecado, enseñarnos Su camino. Durante tres años estuvo diariamente enseñándole a sus discípulos cómo es ese proceso de conversión, muestra de ello son las parábolas que hay en el Evangelio en donde Jesús nos habla sobre el Reino de los Cielos. Podemos entender la conversión como ese deseo de cambiar. Decía que la conversión es el producto del encuentro con Cristo. Una vez que lo conocemos queremos se como él, fiel al Padre, buen hijo, buen ciudadan...