Ser cristiano y pensante

Navidad no es estrenos de ropa y zapatos, de superficialidad hartos, sin importar precios de espanto. Navidad es vestirme con mi mejor ánimo, calzarme los pies ávidos y llevar cristológicos cánticos. Navidad no es comer en proporciones absurdas sin ningún sentimiento de culpa por quienes no pueden ni tener gula. Navidad es compartir la comida de mi casa con quien por ella pasa sin esperar que den las gracias. Navidad no es ponerse a beber sin medida y botar la comida al ver que los floreros tienen bebida. Navidad es beber de la fuente de la Vida, Aquel cuya gloriosa venida hará nuestra alma sea redimida. Navidad no es competencia de regalos costosos que causan gran asombro al ser recibidos sin gozo. Navidad es el regalo bendito del Cielo: el Salvador que con anhelo ha esperado este pueblo. Por último Navidad no es solo unos días libres de trabajo para ignorar con descaro la familia que te ha eng...

En espera de la Navidad, las ventanas se iluminan, canciones y luces brillan, en la espera del Señor, este Niño y su candor, que alienta nuestros corazones con esperanzas y amores sean todos bienvenidos a adorar al Dios-Niño que ha venido a este mundo a librarnos de lo oscuro y llevarnos hasta el Cielo. Es la espera de Navidad la víspera de un parto anhelando el llanto del pequeño recién nacido y nos llega de regocijo saberlo entre nosotros saltamos de alegría gozo y nuestros ojos lloran porque ha llegado la hora de ver al Salvador nuestro divino Redentor que del Cielo ha bajado. Sintámonos infinitamente amados por nuestro Dios Único Salvador, tan cercano ha querido ser Dios-con-nosotros Él vivió como uno más de la creación terrenal pero dejando claro que se ha abajado para devolver el sitial junto al Padre Celestial al mayor bien creado.

Con mis labios te beso, con mi boca te recibo, con mi corazón te amo, con mis ojos te miro. Con mi cuerpo te permito que vengas a hacer morada, con mi alma yo te invito a que poses en mí tu mirada. Con mi mente te pienso, con mis ideas te sueño, con mi conciencia te creo, con mi esperanza te espero. Con inteligencia venero tu misterio, y aunque más grande entiendo que has venido a menos por amor, el más puro y sincero. Con mis manos te recibo, con mis labios yo te quiero, con mis dedos yo te toco, con mi pecho yo te acojo. Con amor infinito has mirado, mi niñito, a este pueblo extraviado que no te anda buscando. Pero no te has quedado quieto, has venido a rescatar tu pueblo. Haciéndote uno de estos has devuelto sus derechos de ser llamados lo que son: hijos en el Hijo amado, por siglos esperado, el Buen Dios nos ha mirado y ha puesto su corazón tan cercano a los humanos, bien con amor creado, del pecado rescatado. Tomó la carne el niño, tom...

¿Cuántas veces nos hemos quejado del mal servicio que prestan las empresas? En especial aquellas que tratan directamente con el público, que es el verdadero consumidor final. Telefonía, televisión por suscripción, supermercados, tiendas de videojuegos, electrodomésticos y demás, librerías, centros de entretenimiento...y la lista pudiera seguir pero creo que se entiende el punto. Nos gusta quejarnos de aquello que no nos hace sentir bien y muchas veces nos cuesta ver cómo somos nosotros en nuestro trabajo, y pudiera decirme cualquiera que no todos trabajan o no todos trabajan en una empresa que presta un servicio al público, y yo respondería que es mentira, puesto que todas las personas (asalariado o independiente, contrato, fijo, de ejercicio libre, ama de casa...) prestamos un servicio en el lugar donde desempeñamos nuestras funciones. Esto lo he ido aprendiendo en el trabajo (tanto el anterior como el actual) porque me ha tocado ambos lados del servicio, tanto el que da la car...