Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2021

Con los ojos bien abiertos

¿Cuántas veces en nuestra vida, por querer seguir ciertos modelos o estilos de vida, o a personas en específico, nos sentimos fuera de casa? Incluso, pudiéramos llegar a estar literalmente fuera de casa, dejando a un lado aquello con lo que crecimos y que fue nuestro entorno durante muchos años. Ver cambiada nuestra realidad de tal forma puede hacernos tambalear, no solo en la fe, sino en la vida misma, generando en nuestro interior una sensación de soledad o abandonado. Por eso, es importante que sepas que esto no es verdad. No estás solo ni abandonado, Dios no se ha ido, solo hace falta volver el rostro a Él para ver toda su maravillosa obra y cómo te hace volver a estar en casa. “Los que siembran entre lágrimas…” (Sal 126(125), 5) En medio de esa sensación de soledad, solo Dios sabe cuántas lágrimas se han podido derramar, cuántas veces se ha roto el corazón, pero ¿sabes algo? La alegría que sientes cuando el Señor te regresa a tu lugar, ahí junto a Él, allí donde puedes ser auténti...

Hay que saber pedir

Una de las cosas que las personas no siempre hacemos bien es pedir. Y puede parecerte extraño que diga esto pues la vida se nos va en hacer distintos tipos de peticiones: como padres de familias, como hijos, como compañeros de estudio o trabajo, con los amigos o vecinos, e incluso en el grupo parroquial o de apostolado. Es tan natural esto que no nos damos cuenta, a veces, de cómo pedimos las cosas y hasta de qué manera lo hacemos. ¿Te has dado cuenta que el tono de tu voz y tus gestos hacen que las personas sean más receptivas o no a tu mensaje? Ahora, ¿Qué ocurre con nuestras peticiones a Dios? ¿Las hacemos de forma correcta? ¿Sabemos qué pedir? Es cierto que pasamos toda la vida invocando Su nombre para que nos ayude, nos solucione, nos cuide, nos proteja y un sinfín más, pero ¿Estamos pidiendo lo que realmente nos conviene? No se puede negar que todos tenemos necesidades de distintos tipos, sin embargo, la principal es la sabiduría, esa que proviene de Dios y cubre todas las demás ...