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Mostrando entradas de septiembre, 2013

De varitas y cayados

Debo confesarme con ustedes, me gusta mucho la fantasía, que si la magia, y los poderes, las pociones, hechizos y contra hechizos, brujas, magos y todo lo que se me pueda estar escapando que sea de ese estilo. Desde pequeño me gusta, es como manifestar esa creencia que hay algo de especial en nosotros, unos más, otros menos, ese atractivo por lo sobrenatural, y así como yo, sé que hay muchos más. Pero, me diferencio de los demás en algo (sin ánimos de juzgar, pues ni soy quien para hacerlo ni es la intención de este blog): no soy fanático. Estoy claro en que es algo que me gusta, que me distrae la mente, pero más claro estoy en que es algo irreal. Y ocurre que muchas personas centran su vida y se entregan en esta ficción, en el creer que con una varita mágica se soluciona todo, un par de palabras dichas en forma de conjuro y se soluciona todo, o tener una pócima para devolver la vida, o con una movida particular de muñeca se pueden hacer cosas "mágicas". Hay quien vive en...

No negociable

Hay cosas en la vida que no se pueden negociar, otras sí se pueden, y otras tantas que no se deben negociar pero hay quien lo hace. De una u otra forma todos hemos aprendido lo que son los valores, así como hemos recibido una educación bien sea en casa o en el colegio. Y si no ha sido en la casa ni en la escuela, entonces ha sido la calle la que nos ha enseñado las cosas, tanto las buenas como las malas. Me atrevo a decir que todos hemos escuchado de nuestros padres la célebre frase "estudia, que esa será la única herencia que te dejaré" y, hablando de cosas que realmente importan, esto es cierto, puesto que son los valores que hemos aprendido los que nos acompañarán toda la vida. Esos que se adherirán a nosotros y nos definirán como personas donde sea que nos paremos.  En el mundo hay muchas cosas con las que se pueden hacer negocios, bienes materiales, objetos de valor...pero lo único con lo que no podemos negociar es con nuestros valores, por lo dicho en el párraf...

Dualidad

El mundo está lleno de dualidades: sol y luna, día y noche, calor y frío, montañas y depresiones; números pares e impares, arriba y abajo, derecha e izquierda; hombre y mujer, bien y mal…sólo por mencionar algunas, y ésta última le da pie a este post. Todas estas dualidades no sólo están fuera de los hombres, allá en el mundo, al contrario, la mayor dualidad está dentro del mismo ser humano: el bien y el mal. Todos estamos inclinados hacia el bien y hacia el mal, y depende de cada uno hacia cuál lado irnos; pudiera decir también que somos como una balanza y nos inclinamos según el peso que le demos a las cosas. Por naturaleza las personas somos buenas, somos criaturas de Dios, y como tal, fuimos hechos para el bien. Creados a imagen de Dios mismo (cf Gn 1, 27) no podemos hacer algo distinto a obras buenas, pero por la desobediencia de los primeros padres (cf Gn 3, 1-19) entró el mal a nuestras vidas, y con él empezó esta dualidad. Esta inclinación al mal se nutre de nuestr...