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Mostrando entradas de noviembre, 2016

Inversión a futuro

Hay una realidad que a muchos cristianos no gusta o ignoran y es la del purgatorio, me incluyo en esos que durante un tiempo huía a hablar de las almas que allí están, incluso ni siquiera pensar en la posibilidad cierta que me toca pasar por ese proceso de purificación antes de entrar al Cielo (sólo Dios sabe cuándo). En una homilía mi párroco nos mencionaba de un sacerdote que decía que por cada pecado cometido se pasaban 50 años en el purgatorio, ya se podrá imaginar cada quien cuánto tiempo pasará limpiando su alma. Esto lo sacaba a colación por las indulgencias plenarias que el Papa Francisco concedió alcanzar en este jubileo extraordinario que recién acabamos de concluir, Las indulgencias plenarias ganadas durante este tiempo podían aplicarse a sí mismos o a algún difunto, pidiendo a Dios perdonara sus culpas y pudieran así gozar de la visión gloriosa de Cristo. Las indulgencias, en pocas palabras, borran las huellas que deja el pecado en el alma. Esto se debe a que cada vez ...

El ciego soy yo

La semana pasada en un día me encontré a 04 personas invidentes que iban acompañadas por la calle en un lapso de tiempo de 30 minutos y al día siguiente en el trabajo atendí a una persona con visión disminuida. No es que sea anormal encontrarse personas en estas condiciones físicas sin embargo despertó mi curiosidad y me pregunté si era Dios que quería decirme algo. Pensando un poco al respecto podría decir que sí, es Dios que quiere decirme algo, yo tengo mis ojos físicos bien (con astigmatismo e hipermetropía pero me funcionan) y a veces me quejo de tantas cosas; a simple vista no estaban de mal humor o tristes, al contrario, una de ellos iba bromeando con su compañera sobre otro que iba adelante de ellos (me pareció que iban juntos los cuatro) y el cliente se veía tan bien en cuanto a que él podía colocar su aviso a pesar de tener que pegar la cara prácticamente a la planilla para poder escribir. ¿Y yo? (estoy lo estoy aprendiendo de mi párroco) que tengo mis ojos bien ¿soy...

Salvando mi pendrive...digo...mi alma

Perdí mi pendrive, no sé dónde está ni cómo lo perdí. Estaba en casa de mi novia, utilicé el pendrive allá pero cuando salí rumbo a mi casa lo tenía en mi pantalón, mi memoria me dice que cuando estaba en el taxi aún estaba ahí conmigo, saqué el dinero para pagarle al chofer (pendrive y dinero estaban en el mismo bolsillo del pantalón), llegué a mi casa, entré a mi cuarto y vacié los bolsillos en la mesa de la computadora (como hago siempre que voy a cambiar de pantalón al día siguiente). Llegó la mañana siguiente, me paré, desayuné, bañé y vestí para ir al trabajo y cuando voy a buscar el pendrive para guardarlo en el pantalón no estaba ahí donde debía estar, ahí donde yo digo que lo dejé la noche anterior. ¡No estaba mi pendrive! Entré en un poco de histeria buscando rápidamente en los sititos más cercanos a la mesa donde supuestamente debía estar, busqué en el pantalón que llevaba el día anterior, en el bolso que cargaba y nada, no estaba, se había perdido. ¿Y ahora? Pensé ...