Salvando mi pendrive...digo...mi alma

Perdí mi pendrive, no sé dónde está ni cómo lo perdí. Estaba en casa de mi novia, utilicé el pendrive allá pero cuando salí rumbo a mi casa lo tenía en mi pantalón, mi memoria me dice que cuando estaba en el taxi aún estaba ahí conmigo, saqué el dinero para pagarle al chofer (pendrive y dinero estaban en el mismo bolsillo del pantalón), llegué a mi casa, entré a mi cuarto y vacié los bolsillos en la mesa de la computadora (como hago siempre que voy a cambiar de pantalón al día siguiente).

Llegó la mañana siguiente, me paré, desayuné, bañé y vestí para ir al trabajo y cuando voy a buscar el pendrive para guardarlo en el pantalón no estaba ahí donde debía estar, ahí donde yo digo que lo dejé la noche anterior. ¡No estaba mi pendrive! Entré en un poco de histeria buscando rápidamente en los sititos más cercanos a la mesa donde supuestamente debía estar, busqué en el pantalón que llevaba el día anterior, en el bolso que cargaba y nada, no estaba, se había perdido. ¿Y ahora?

Pensé inmediatamente en el material que tenía allí y si podía recuperarlo: trabajos de grado de la universidad, mi anteproyecto; documentos de la Iglesia, de mi grupo de apostolado, de catequesis; mis escritos...me dio un ataque de ansiedad, estaba de mal humor, con indigestión estomacal. En fin, un caos la pérdida de mi pendrive.

Perdonen tanto exceso de detalles pero quiero que me acompañen, si así lo desean, en mi línea de pensamiento y a dónde me llevó el ver las actitudes que yo estaba teniendo: así como me puse por perder este objeto ¿reacciono igual cuando pierdo el estado de gracia que el Señor me regala? 

Porque vale recordar lo obvio: Dios quiere vivir en mí y solo está esperando que yo le abra la puerta de mi casa; más evidente aún, lo que Él me regala JAMÁS me lo dará un objeto por muy "bien material" que yo lo califique.

Estuve dos días de mal humor por eso, me faltó poco para voltear la casa para buscar y rebuscar en sitios por los que ni pasé el día que perdí el pendrive. ¿Busco con el mismo desespero la gracia de Dios cuando caigo en cuenta que me he alejado del Camino?

La información la puedo recuperar (algo así como en un 80% más o menos) gracias a la tecnología y el consejo de un amigo que me dijo que guardara en la nube, así podía tener acceso a ella en cualquier sitio (esto me lo dijo en un momento que le cayó un virus al pendrive). Así que si puedo recuperar lo que me preocupaba más ¿por qué seguir de mal humor por la pérdida?

En tono de broma dije que lo que más me dolía, luego de la información, es el costo del pendrive: fue un regalo. Y aquí vuelvo a otro regalo que me dan todos los días y que es más valioso (mucho más) que lo que me puede significar esto que perdí.

Estuve peleando conmigo durante estos dos días porque, sin ánimos de juzgarme o autoflagerlarme, ¿actúo con Dios de la misma manera que con los bienes temporales de los que me creo dueño?

Pido a Dios (creo que con más ganas que antes) que me conceda su gracia santificante para no dejarme llevar por estas cosas pasajeras que no me van a acercar al Cielo.

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