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En la Diócesis de Barcelona en Venezuela, en la cual hago vida eclesial, se está empezando a aplicar apenas este año el Itinerario Catequético de Adultos (ICA) el cual viene a renovar el método tradicional que se traía el cual, a menos en este país, no estaba dando los resultados que se quieren para nuestra Iglesia. 

Viene a renovarnos, es algo desconocido para nosotros, una metodología distinta, con otra perspectiva...lo más interesante de todo: es el catecumenado que los primeros cristianos aplicaban para aquellos que querían  convertir su vida a Jesús, es decir, nos están renovando con algo de data antigua. Aunque parezca irónico que nos traen como novedad algo que es viejo me llama más la atención cómo hemos perdido los catequistas el norte de nuestro ser cristiano.

Si bien es cierto que los que somos catequistas hoy le debemos a los que fueron nuestros catequistas lamentablemente no estamos todos los que recibimos la formación. Podrán decir que no todos van a tomar como apostolado la catequesis, lo cual es cierto pues no todos tenemos los mismos dones (gracias a Dios) pero es que ni siquiera en misa se ven todos los que una vez recibimos (o debimos recibir) esa invitación al encuentro con Jesús, y aquí está la novedad.

Se venía trabajando con base en que el niño-joven recibiera el sacramento y una vez recibido muy pocos eran los que se quedaban, lo cual viéndolo en retrospectiva tiene muuucho sentido pues si los preparas para recibir el sacramento aplicar la de san Blas es lo más lógico (ya comiste ya te vas) y este fue el detallazo que la Conferencia Episcopal Venezolana se dio cuenta, no estábamos como Iglesia formando cristianos sino medio dábamos forma a receptáculos de signos visibles y sensibles...nos faltaba la esencia: JESÚS.

Por esto cae como agua refrescante en un caluroso día este volver al comienzo, ya no son clases magistrales de catequesis donde se muestran los conocimientos filosóficos, teológicos, científicos, culturales y todo lo demás que venga en combo sino que el catecúmeno-catequizando se va a encontrar con Cristo que es Amor y Vida con los brazos abiertos esperando por ellos pero eso sólo ocurrirá si nosotros, los catequistas, estamos viviendo ese encuentro con Jesús Vivo y Amoroso.

Para mí como cristiano que quiero ser es un reto el ICA pues no sólo cambia el método sino que empieza desde mí, si yo no me interpelo con la Palabra y el Camino de Cristo jamás podré ser ayuda ni mucho menos guía para aquellos que quieren acercarse a Dios.

Que nuestro Señor Jesucristo nos bendiga y guíe a todos los que le queremos buscar y encontrar y María como primera catequista y cristiana nos ayude a darle formar a nuestro seguimiento de Cristo. Amén.