Algo sobre la convivencia de la fe

Tener fe es un don de Dios que se nos ha dado a través del Bautismo, Él ha querido que nosotros lo conociéramos y por eso se nos ha revelado, y porque nos ama nos amó primero para enseñarnos a responder con amor a su amor.

Perdonen el trabalenguas inicial pero estas últimas semanas el Señor me ha regalado la gracia de encontrarme con Él a través de la fe, pero no solo en el conocimiento teórico de la doctrina y los dogmas; no solo en el compartir mi fe con mis hermanos creyentes que, al igual que yo, buscan a Dios y quieren acercarse más a Él, sino que me regala la gracia de poder compartir con cristianos no católicos mi fe y la fe común en Jesús como único salvador.

Es por eso que escribo estas líneas hoy, y es en ese espíritu de comunión (en el cual quiero vivir) que no puedo menos que agradecer a Dios porque me conceda de lunes a viernes la oportunidad de compartir en vivo mi fe en el ambiente laboral, a veces tan duro y tan lleno de respeto humano.

Hace algunos años surgió en mí (¿o inspiró Dios?) una sana curiosidad sobre lo que es el ecumenismo y ese encuentro con los hermanos creyentes de otras denominaciones religiosas. Cuánto recuerdo y con cuánto cariño aquellas palabras que un sacerdote nos repetía casi semanalmente en misa "hay que buscar lo que nos une y no lo que nos separa" y de alguna forma entiendo que es eso lo que el Papa Francisco ha querido hacer, no podemos vivir aislados del resto del mundo creyente, claro está, no podemos negociar nuestro credo por "llevar la fiesta en paz" (como diríamos en criollo), sin embargo sí creo que podemos cada uno de nosotros abrirse lo suficiente al don del hermano, al prójimo, a ese que no comparte el culto divino conmigo pero que sí responde a esa necesidad natural de Dios y, por ende, se llena también de un deseo de adoración y acción de gracias al Creador y Redentor.

Es cierto que yo quisiera que mi amigo vuelva a la Iglesia Católica de la cual forma parte (puesto fue bautizado en ella a pesar de volverse a bautizar cuando abrazó esta nueva fe) pero ¿cómo se atraen más moscas, con miel o con vinagre? Pudiera yo pararme frente a él y decirle hereje por no estar aquí pero, si lo hago, ¿qué me diferencia entonces del resto del mundo? ¿Dónde queda mi amor por el hermano? Estoy claro que Cristo llamó "al pan, pan y al vino, vino", pero no tuvo miedo en acercarse a los alejados ni mucho menos dejarse encontrar por ellos, al contrario, son muchos los pasajes bíblicos en los que el mismo Jesús va a buscar a esa oveja perdida. Tampoco me comparo con Cristo puesto que jamás llegaré a su estatura espiritual, mas sí quiero responder a su llamado de hacer que todos lo conozcan.

Mi amigo es creyente en Cristo, su iglesia tiene documentos propios que son para ellos normas por la cuales regirse, yo lo respeto y lo comprendo pero no por eso dejamos de compartir la Palabra, no por eso dejamos de recordarnos mutuamente lo que Cristo nos enseñó a través del ejemplo de vida. Bendito sea el Señor que en más de una ocasión me ha llamado la atención recordándome a través de este amigo Su mensaje, ¿acaso no es eso lo que hacen los amigos, buscar el bien del otro?

A algunas personas no les gusta esto, las respeto pero, si él y yo podemos llegar a ese común acuerdo de querer vivir según Cristo y guiados por la Palabra y los dos estamos claros en que no va a abandonar las prácticas religiosas propias para abrazar las del otro ni va a hacer que el otro se "venga" a la Iglesia propia ¿por qué entonces no seguirlo haciendo? ¿Por qué dejar de animarnos, confortarnos y exhortarnos a vivir según Jesús?

Solo Dios sabe para qué me ha colocado en esta posición, yo no puedo más que agradecerle por las cosas que me ha mostrado a través de mi amigo, en especial tolerancia, respeto, amistad sincera.

No les voy a desear que a ustedes les pase igual que a mí porque sería creerme más de lo que soy, sin embargo, lo que sí me atrevo a pedirle a Dios es que cada uno de nosotros, que queremos seguirlo a Él, podamos experimentar su cercanía a través del prójimo y esto nos impulse a querer ser cada día más y mejores cristianos.

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