Algo sobre la fidelidad I

"Fidelidad". Es una palabra que cuando la escuchamos nos parece muy grande, muy serio y a veces hasta imposible. De todo lo anterior lo único falso es que sea imposible puesto que la fidelidad es tan posible, e incluso realizable, que basta el solo desear ser fiel para lograrlo. No, no es una receta mágica ni un mensaje de auto engaño, lo que ocurre es que en nuestra debilidad humana tendemos a ver los compromisos como algo muy difícil y que supera nuestras fuerzas, nos ponemos límites a nosotros mismos haciéndonos incapaces de lograr lo que nos proponemos, en especial si requiere de toda nuestra determinación y fuerzas y  tiende al infinito en el tiempo, es decir, para siempre.

Solemos interpretar fidelidad como un apego impuesto a una cierta realidad, la más común es la fidelidad en el matrimonio, sin embargo no sólo se es fiel a la pareja, también se lo es a Dios, a los valores y principios aprendidos en casa, a los amigos y en primer lugar a uno mismo. Bien aplica aquí aquello de que nadie puede dar de lo que no tiene, ¿cómo se puede ser fiel a Dios a quien no se ve o a los demás si no somos fieles a nosotros mismos? Cada uno debe ser fiel a sí mismo, ojo, fidelidad no es auto complacencia o auto complicidad, no, fidelidad es saberse respetar y valorar, entender que por ser creados a imagen y semejanza de Dios somos más que simples criaturas y nunca objetos.

Eres fiel a ti mismo cada vez que te despiertas en la mañana y te das cuenta en serio que estás vivo, que no eres un accidente de la naturaleza y que tienes una nueva oportunidad de hacer grandes cosas y de hacerlas bien. Eres fiel a ti mismo cuando cuidas lo que llevas a tu cuerpo (comida, bebida, cualquier sustancia) entendiendo que serás el resultado de la asimilación o no que ocurra dentro de tu organismo de aquello que está recibiendo de afuera. Eres fiel a ti mismo cuando cuidas tu cuerpo no por vanidad o por obtener algún beneficio de ello sino por la simple razón que es tu único medio de interacción con el entorno, palabras, gestos, miradas, tu cuerpo es el que te permite poder intercambiar información con lo que te rodea, idealmente, en mutua reciprocidad.

Eres fiel a ti mismo cuando valoras tus sentimientos y pensamientos, cuando estás seguro de lo que eres y crees firmemente en lo que puedes lograr. Eres fiel a ti mismo cuando te das cuenta y pones en práctica tus dones y habilidades, cuando haces un buen uso de aquello en ti que es realmente de provecho para tu crecimiento integral y de cualquiera que se cruce contigo en tu camino. Eres fiel a ti mismo cuando respetas y haces respetar tus ideas, valores y principios, cuando tu moral y tu ética te acompañan a donde vas y eres capaz de hacer notar tu presencia sin espectáculos que luego te hacen sentir ridiculizado.

Eres fiel a ti mismo cuando no te avergüenzas de lo que eres ni lo escondes, ni finges ser quien no eres para agradar o ser tomado en cuenta. Eres fiel a ti mismo cuando te aceptas, te respetas, te valoras, te das cuenta que eres un grano de arena en la playa, sí, pero la playa sería distinta sin tu granito. Eres fiel a ti mismo cuando eres capaz de mirarte a los ojos en el espejo y sonreír ante el maravilloso milagro de la naturaleza que eres, porque estar vivo es un milagro. Eres fiel a ti mismo cuando te observas tal cual como eres y te gusta, y lo aceptas, y lo que ves que no te hace crecer lo apartas de ti.

Eres fiel a ti mismo cuando entiendes, internalizas y vives consciente que Dios te hizo único para que hicieras cosas únicas y que ni los gemelos idénticos lo son porque cada uno es de un molde de una vez para siempre, nunca habrá otro como tú. Eres fiel a ti mismo cuando al leer estas líneas me crees no porque yo lo digo sino porque tú crees que es verdad lo que te comparto. Porque eres fiel a ti mismo cuando no pueden hacerte pensar como los demás quieren sino que tú decides cómo pensar.

Comentarios

Lo más visto

Aplausos

Dementores

Hagamos tres chozas