El cansancio trae apuro

El refrán popular dice "el apuro trae cansancio", porque se refiere a que, si nos apuramos en hacer x o y actividad nos cansaremos, que es mejor hacerlo con calma. Pero mi post, intencionalmente, está titulado al revés, y esto trae otro significado. Cuando digo que "el cansancio trae apuro" me refiero a que, a veces, estamos cansados de tal o cual situación en nuestra vida y tomamos decisiones apresuradas, sin pensar bien en las consecuencias de las mismas. Y es sobre eso lo que quiero escribir en esta oportunidad.
 
Quiero tomar una situación específica para desarrollarla, ya que, la he estado observando de un tiempo para acá y, realmente, me preocupa. Ésta es, la decisión, desesperada, que toman algunas mujeres de aferrarse al primer hombre que encuentran sin ver si es el indicado o, sin ir tan adentro, si al menos es buena persona. Decisión que toman al ver que pasa el tiempo y no están casadas aún o que ni siquiera se ve un buen partido, como se dice coloquialmente.

Entiendo que estoy imposibilitado tanto psicológica como biológicamente para entender a las mujeres, bendito sea Dios, porque así lo quiso, hombres y mujeres somos completamente diferentes(pero eso no es materia de este post, así que vuelvo a lo que me atañe), sin embargo, como hombre cristiano que día a día me propongo ser, quiero entender, a la luz del Evangelio, esta decisión que toman mis amadas mujeres.

La mujer, creación hermosa del Señor, debe apuntar siempre alto, que el hombre que ella admita tener a su lado sea un hombre de verdad, no un tipo cualquiera que no tiene qué ofrecerle. Debe ser un caballero, de preferencia un hombre de Dios (puesto que así verá en la mujer no sólo a su compañera-complemento, sino que sabrá reconocer el don precioso que le da el Creador en la persona de la mujer), que la valore, la apoye, y tantas otras cosas buenas que los hombres debemos tener para con las mujeres.

Claro está, la vocación juega un papel súper importante. No todas las mujeres están llamadas a ser madres biológicas, y no precisamente por algo que no funcione bien en su cuerpo, si no, porque Dios en su infinito amor para con el género humano llama a ciertas mujeres a la vida religiosa, a consagrarse a Él en cuerpo y alma, e incluso, sin llegar a esto, Dios llama a muchas mujeres a que, desde su vida soltera, den testimonio de su fe.

En fin, lo que quiero compartir con ustedes es esta preocupación que tengo desde hace un tiempo, de ver tantas mujeres (me confieso amante del género femenino, por si no se notaba jeje) que toman decisiones apuradas por lo cansadas que están. Si por la Gracia de Dios estas líneas llegan a alguna dama que esté pasando por una situación así, pido perdón si te sientes juzgada, y te invito a hablar con Aquel que todo lo puede y todo lo sabe.

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