Orden
¿No les ha pasado en algún momento de su vida que por querer hacer mucho al final terminan haciendo nada? Como dice el refrán "el que mucho abarca poco aprieta", esto explica por qué al querer ser muy activo se cae en activismo y esto lleva, inevitablemente, a una sensación de ineficacia y frustración. Quizás exagero algo (pero no tanto) pues no me siento frustrado como tal, pero sí siento que estoy siendo ineficaz al querer evangelizar por este medio, pues no he estado llevando la frecuencia que quisiera, eso y lo que mi esposa (me siento tan feliz al usar la palabra esposa 💘) me ha criticado de sana manera: no puedo hacer distinciones siempre de todo.
Como en algún momento compartí, yo aprendí en la adolescencia, más o menos, a expresarme de manera escrita más que oral, para quien me conoce le puede parecer irónico esto puesto que hablo mucho, sin embargo me cuesta hablar en público y por eso usé durante muchos años las letras para poder exteriorizar mis pensamientos y sentimientos.
Fui creciendo y poco a poco superando ese miedo a hablar en público y ya más "mayorcito" perdí el miedo a experimentar con la escritura; Dios, que no se deja ganar en amor, me enseñó que también puedo expresarme y hablar de Él (algo que siempre ha estado latente en mi corazón) a través de otras formas que no solo no había empleado antes, es más, ni siquiera como lector me había acercado a ellas.
Me encontré con la poesía (o eso digo yo que escribo) y con esa particularidad de decir tanto a veces diciendo tan poco que pensé en "clasificar" lo que escribía (eso también me lo criticaron, me encasillaba yo mismo, me limitaba) y de ahí pensé en otro blog para publicar los poemas. Lo hice. Vamos a decir que "bien por mí". Después me encontré con los cuentos y las ideas surgían en mi cabeza como lo que deben ser siempre: inspiraciones del Espíritu Santo, y fue allí cuando me dije a mí mismo "mí mismo, ¿vas a hacer acaso otro blog para publicar cuentos?" (mi esposa y yo usamos mucho esta forma tan graciosa de dirigirnos a nosotros mismos en esa reflexión personal, pero es válido el método, hemos encontrado mucha seriedad a pesar de lo informal). Esta pregunta fue la que me "sentó" y me hizo repensar todo.

No necesito más blogs si ni siquiera llevo la regularidad necesaria con este, y pasado este hecho viene el siguiente: no necesito seguir clasificando lo que escribo como si fuesen medios incompatibles o mutuamente excluyentes. Dios me regaló la gracia de poderme expresar a través de la escritura (de eso estoy firmemente convencido, es un don, un regalo al cual debo darle utilidad) ¿por qué pensarlo como si no pueden estar estas distintas formas de expresión en un solo lugar? ¿No quieren todas ellas lo mismo? Sí, hablar de Dios y de su infinito amor hacia nosotros.
Visto así pues no tengo a dónde más ir. Traer los poemas a este blog y publicar también los cuentos que el Señor me quiera regalar. Ya lo hice una vez con el post dedicado a los niños, ¿cuál es el miedo o la excusa entonces?
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