Cuarto e' cupón

El día 05-03-2014, miércoles de cenizas, cumplí 25 años de edad, y me parece tan interesante esa "casualidad" que mi cumpleaños cayera en  miércoles de ceniza, o viceversa, que el miércoles de ceniza cayera el día de mi cumpleaños, lo cierto es que, aunque no es lo mismo zorra que arroz, el orden de los factores no altera el producto en este caso, Dios me quiere regalar para mi cuarto de siglo la conciencia de que debo convertirme y creer en el Evangelio, y agrego yo que predicarlo (influencia de la Exhortación La Alegría del Evangelio).

Intentando ver en retrospectiva mi vida me encuentro con que muchas cosas de las que he vivido son las que me han formado en lo que soy, por bueno o malo que haya sido cada hecho quedó grabado en mí, tal que, poco a poco fui usándolos para crecer. Obviamente apenas estoy empezando a madurar y me queda, con la Gracia de Dios, una vida por delante, pero este número tan interesante, para mí, me ha hecho pensar.

Nací de una madre soltera que vivía con sus padres, profesional universitaria, a mi padre lo conozco más nunca he vivido con él (mi madre tampoco) y aquí está el primer aprendizaje: si Dios así lo quiso es porque es lo mejor para mí. Cabe destacar que no me llevo mal con mi padre, más bien hay un poco de tristeza por no haber compartido tantos momentos buenos. Y tuve como figura paterna a mi abuelo materno, el cual para mi es un ejemplo de caballerosidad, de esposo, de padre, y por encima de todo, de ausencia de machismo, mi abuelo cocinaba (muy bien por cierto), limpiaba la casa, fregaba los platos, entre otras cosas que el mundo enseña que no hacen los hombres machos..y aquí otro aprendizaje: no se es más hombre por ser más macho.

Durante once años estudié en un colegio católico (primaria y secundaria), de los cuales tengo como recuerdos lo infeliz que fui a causa mía y de mis compañeros. Mía por un problema de autoestima y de mis compañeros porque, pues, ¿qué adolescente no busca las formas de burlarse de los demás para quedar bien parado frente a sus coetáneos?. De esos años aprendí, ya estando en la universidad, que valgo como persona, Dios me hizo como soy, ¿por qué voy a sentirme mal o sentirme menos?.

La universidad la comencé en una ciudad que no es en la que vivo (a una hora en carro), vivía allá de lunes a viernes, y los fines de semana los pasaba en mi casa. ¿Qué aprendí aquí? Un leve conocimiento de lo que es vivir fuera de mi casa, y la verdad es algo que hizo que aquellos que no podían hacer esa gracia de viajar todas las semanas se ganaran mi respeto, es algo que me parecía muy fuerte. Luego de un año me cambié de núcleo universitario al que queda en la misma ciudad en la que vivo (uno de los motivos del cambio es lo absurdo que me parecía estar viviendo fuera de mi casa para estudiar algo que podía hacerlo aquí mismo).

Por esas cosas que sólo Dios sabe, a los 20 años de edad me presentan la posibilidad de vivir una experiencia de encuentro con Cristo, sin embargo me encontré con una limitante, la edad, debía tener 21 años para poder asistir, así que me tocó esperar. Lo cual no fue tan fuerte como yo pensaba, para ese momento yo tenía un poco de conocimiento del amor de Dios para conmigo y de lo que ello implicaba..en otras palabras, estaba dejando atrás la baja autoestima, empezaba a saberme amado por Dios (lejos estaba de saber cuánto es realmente ese Amor).

Te preguntarás ¿qué es tener un encuentro con Cristo? Pues, no te puedo contar, porque es una experiencia única, cada quien lo vive diferente, de forma única e irrepetible, sin embargo, lo que sí es común a todos es el, no solo saberse, sino, más aún, sentirse Amado por el Amor de los Amores. Y una vez que has dejado entrar a Cristo en tu vida todo se vuelve diferente, todo tiene un sabor nuevo, un olor nuevo, y hasta incluso una forma de pensar nueva. No cambias tú aunque cambies tu forma de actuar, mas bien, vez todo, o lo intentas, a la Luz del Evangelio, ese Evangelio vivo, Hijo del Padre, Dios, hecho hombre.

Conociendo al Amor ¿qué otra cosa puedes hacer que no sea amar al próximo, a ese que está a tu lado, estés dónde estés? Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos (Jn 15, 13). Te flechó, te golpeó, te tumbó del caballo, te clavó el corazón, tomó tu vida y no la quiere soltar...y tantas otras formas que Él tiene de tocar a la puerta de tu corazón, esa que sólo se abre por dentro.

Para terminar este post sólo quiero recordarte algo que ya sabes: Dios es Amor (1 Jn 4, 8).

Comentarios

Lo más visto

Aplausos

Dementores

Hagamos tres chozas