Una del Príncipe Mestizo

Quien me conoce y/o me ha honrado al leer mis otras publicaciones sabrá que me gustan las aventuras del niño mago Harry Potter, también sabrá que me gusta mucho hacer ciertas analogías entre elementos de allá y la fe cristiana. Aunque en esta oportunidad no hablaré directamente de la fe (creo, mas no prometo sea así) sí quiero compartir con ustedes algo que me vino a la mente hace unos días hablando con unos amigos amantes de los libros.

Mi novia ella no es de rayar los libros, dice que es dañarlos, yo he ido aprendiendo eso de ella, sin embargo hay algunos que yo llamo "de estudio" que me parece que rayarlos es la mejor forma de fijar las ideas, grabar lo leído pues, y hablando con estos amigos que mencioné antes encontré que ellos piensan igual que yo, de hecho una me dijo "eso hace que el libro pase por ti" en cuanto a que lo internalizas más, se siente como si fuese más tuyo cuando subrayas frases que te gustaron/impactaron más, haces alguna anotación sobre una palabra que no entendías y te tocó buscar en el diccionario.

El otro amigo nos decía que le llamaba la atención el ejercicio de hacer anotaciones en el libro no tanto para quien lo fuera a leer después de él, sino, para un futuro él que, cuando lo vuelva a leer, va a tener esas observaciones que podrán ayudarle a entender más o a pensar otras cosas.

Si llegaron aquí se preguntarán qué tiene que ver la gimnasia con la magnesia (como decimos en mi casa) y pues la verdad que es una pregunta válida porque no he dicho mucho al respecto, pero sí creo que he dicho bastante en cuanto a la idea que quiero compartir: rayar el libro (siempre y cuando no haga que se pierda parte del contenido o se deteriore las hojas) es una herramienta para algunos útiles y aquí empiezan las comparaciones: cuando el príncipe mestizo tomó nota de su propia experiencia preparando pociones quizás no pensó en la posteridad sino en la facilidad para él mismo cuando volviese a usar aquella receta, había logrado simplificar el trabajo y en algunos cosas mejorar los resultados.

Las anotaciones que hagamos en algún texto no podrán ser malas siempre y cuando sean realmente útiles, y no porque pensemos que ese libro podrán usarlo después de mí sino que, cuando yo mismo relee aquellas líneas voy a encontrarme con un yo del pasado que me dejó una ayuda a mi yo de ese presente para sacarle un mayor provecho a aquello.

Dirán que busco justificarme para rayar los libros y yo puedo responder "tal vez sí" pero de lo que sí estoy seguro es que quiero experimentar eso de hacer mis propias anotaciones, mi manera de interpretarlo y no con un fin de ayudar a su comprensión a quien lea después que yo aquel texto, no, no necesariamente, es más como que ayudándome a entender aquello.

Tengo en estos momentos un libro con el que pienso experimentar...ya contaré cómo me fue (y si lo hice realmente).

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