Permanecer

En este final de década del siglo XXI nuestra realidad actual venezolana nos exige revisar nuestra vida a la luz de la Palabra.
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Nuestro país se está viendo gravemente afectado por una situación económica y social que ha obligado a muchos a emigrar. No quiero escribir contra los que se han ido porque, como ya dije, muchos lo han hecho por necesidad y no por gusto. También es cierto que es grande el número de personas que han perdido la esperanza y la ilusión, no son pocos los que han llenado su corazón y bocas con palabras de desprecio. Un grupo numeroso ha perdido familiares y amigos de forma violenta y sienten así la necesidad de irse, por seguridad.

Pero tanto los que se han ido/piensan irse como los que nos quedamos debemos tener claro algo, Jesucristo nos ha invitado a permanecer en su amor (Jn 15, 9-11), esto es amarlo a él por encima de todo y amarnos entre nosotros.

Permanecer en el amor de Cristo es garantía que nada malo nos ocurrirá, es sentirnos seguros que no estamos solos a pesar de la oscuridad que sentimos que nos rodea; es sabernos amados por un Dios tan bondadoso que quiso experimentar nuestros sufrimientos. Permanecer en el amor de Cristo es hacernos conscientes que Dios nos ama al extremo de morir en la cruz para que nosotros nunca muramos.

Permanecer en el amor de Cristo también es amar como él nos ama, con la dificultad que eso pudiera implicar pero es hacernos capaces de dejar a un lado egoísmos e intereses propios y pensar más en el que está al lado mío que muchas veces necesita de mi ayuda pero no la pide o si lo hace no lo notamos porque estamos enceguecidos por nuestros propios problemas.

Permanecer en el amor de Cristo es amar ahí cuando más imposible parece, cuando es más difícil, cuando menos provoca, cuando más cuesta. Permanecer en su amor es amar hasta que duela, con todo nuestro ser, mente, cuerpo, alma. Es salir de nosotros e ir al encuentro del otro.

Pero permanecer en el amor de Cristo también es luchar por lo que sabemos es bueno, es hacer el bien así nadie lo haga y evitar el mal así todos lo hagan. Permanecer en su amor es ser fieles, es quedarnos en los momentos de dificultad y afrontarlos sabiendo que no estamos solos, que no hay mal que dure 100 años, que toda dificultad, toda angustia, todo momento amargo pasa.

Permanecer en el amor de Cristo es permanecer en la cruz, a sus pies, es cargar con nuestro cruz de cada día y seguirlo. Permanecer en el amor de Cristo es saber que cada acontecimiento de nuestra vida es una oportunidad de santificarnos y de santificar al mundo.

Permanecer en el amor de Cristo es no perder la esperanza, es no perder la ilusión.

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