Renunciar no es una opción

Venimos de un suceso histórico de nuestro siglo, un Papa ha renunciado (por lo general lo muerte los pilla primero). Bastante se habló de eso y no es el tema del que quiero escribir hoy. Hoy quiero hablar de la renuncia como miembros activos de pastoral. Me explico: por el Bautismo nos convertimos en Sacerdote, Profeta y Rey. Y en esta condición de profeta es en la cual está nuestra labor pastoral.

Ahora, ¿qué es eso de pastoral? simple, pastorear, llevar de la mano a las personas hacia pastos verdes y aguas frescas. Para los cristianos nuestro pasto siempre verde y la fuente inagotable es nuestro Señor Jesucristo. Entonces, pastoral es llevar a las personas al encuentro con Jesús.

Hay muchas formas, bien sea con los niños, jóvenes, adultos, ancianos, enfermos, presos, mudos, ciegos, sordos, prostitutas...todas las que Dios tenga a bien inspirarnos. Nuestra labor de pastoral debe ser constante, donde el Señor nos coloque debemos servirle. Y aquí entro a lo que quiero decir, es a este tipo de renuncia a la que me refiero en el título: renunciar NO es una opción.

Jesús no renunció a su labor pastoral, él nunca se quejó de su trabajo, ni mucho menos se sintió que no estaba preparado para tal encargo. Al contrario, toda su vida fue una pastoral de la mano de Dios.

Si de verdad somos cristianos no podemos tomar ninguna de las siguientes actitudes: a) yo puedo hacer todo, soy capaz. b) no puedo hacerlo, no soy capaz. La primera es soberbia, pues se deja a un lado a Dios y su poderosa intercesión en nosotros; y en la segunda estamos dudando que Dios nos inspira para la labor que Él nos ha asignado. Dios no escoge a los capacitados, sino que capacita a los escogidos.

Pensar en renunciar a la labor de pastoral no cabe en mí, pues sería como si Cristo hubiese pensado en renunciar al plan de salvación Divino.

Humanamente hablando es válido pensarlo, bien por nuestra juventud e inexperiencia, o bien por una edad avanzada y unas fuerzas físicas limitadas; es humano pensar esto, pero por Gracia de Dios no sólo somos humanos, tenemos Espíritu, y es ese mismo Espíritu de Dios el que nos asiste y es por ese mismo Espíritu por el no podemos nunca dudar del lugar en el que Dios nos ha puesto.

Entonces, ¿qué hacer cuando sintamos que ya no podemos seguir en el "cargo" que tenemos? Simple, pedirle a Dios nos de la fortaleza para continuar haciendo nuestra labor de pastoral, esa que ya dije antes, esa que es la única pastoral, llevar a las personas al encuentro con Jesús.

Comentarios

  1. De colores...quedé con la pendencia de leer tu artículo, y gratamente sorprendida me hallo ante unas líneas muy centradas... y bien orientadas a lo que un cristiano auténtico debe perseguir a diario… Nada que tenga que ver con Cristo y su Acción Pastoral es sencillo, supone exigencias cada vez más altas, pero igualmente no se está solo…la Divinidad de su Espíritu…acompaña..guia..y fortalece.
    Desde el punto de vista de preparación, sobre todo en estos tiempos, en que la sociedad presume de conocer herramientas eficaces para vivir mejor...y con pesar observamos, que lo que van, es dando son pasos agigantados, hacia su propio deterioro.
    Desde el punto de vista del servicio a los demás; hay que tener verdadera voluntad para..."bajarse de la nube" y servir al prójimo.
    Desde el punto de vista de la constancia en la oración...por que actuamos como si desconociéramos, "que el Señor escucha mi oración, mi ruego, mi petición...y más aún si en esa súplica, percibe que pido por este mundo y sus necesidades, que siento el dolor ajeno como mío...y que sin más ni más, estoy dispuesto a llevar a las personas hacia el encuentro jubiloso del hombre con la Salvación del mundo.
    Muy sentidas tus letras... a que sendero no te han de llevar?...si las cultivas con dedicación y esmero...María Madre de la nueva evangelización te protejan
    Cristo y yo Mayoría Aplastante ¡!!

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