100 horrocruxes...por ahora
Este post lo quiero escribir con un sentimiento distinto a los otros pero igual que siempre. Me explico, al ver que tenía 99 publicaciones (hay una en borrador pero esa no cuenta por ahora) me dije que quería completara la centena algo especial, que se diferencie de lo anterior pero que tuviese esa misma esencia que he querido mantener: ver la realidad en la que vivo a la luz de Evangelio; por eso puede parecer raro que en el título de este escrito esté una palabra que no aparece en la Biblia ni va a aparecer, pues, aunque su origen no es cristiano yo quiero verlo, como todo, como si viese directo a los ojos de Jesús.
Cuando tuve esta idea que fuese diferente surgió el interés de resaltar el número 100, el resultado de la búsqueda en Internet (debo confesar que no fue ardua) no me satisfizo, así que decidí escribir lo que saliera del corazón luego de una pequeña oración...y aquí estamos.
Cuando voy a escribir lo primero que hago es invocar al Espíritu Santo, pues estoy firmemente convencido, que todo lo que escribo es inspirado por Dios, caso contrario no tiene sustancia, es como una comida que queda desabrida o una crema que no tiene la consistencia que la hace agradable. Hecho esto empiezo a escribir más como espectador que como artífice, sé que mis manos se mueven porque mi cerebro lo ordena y las palabra se van hilvanando en éste, pero no soy yo el que escribo, sólo presto mis manos.
El número 100, sí, quiero hablar de eso, puede verse como una totalidad, o como un número grande. Se emplea el 100 para referirse que algo está completo: 100% en el cumplimiento de una meta; 100 centenas de X moneda hacen Una (01) unidad monetaria; 100 utiliza Jesús en la parábola de las ovejas que si se pierde una el pastor deja las otras 99 y va en su búsqueda (Lc 15, 1-7); 100 años es una vida larga:;100 es la máxima calificación en ciertas pruebas académicas.
Horrocrux, en la famosa historia del famoso niño mago, se refiere a un objeto en el cual un mago ha dejado parte de su alma (hasta ahí va bien), para convertir cualquier cosa en un horrocrux hay que matar, así se parte el alma de quien hace esto y así puede "guardarse". ¿El objeto de esto? Que el mago nunca va a morir (a menos que destruyan todos los horrocruxes) pues en algún lugar hay un pedazo de su alma "viva". Por supuesto que yo no mato para escribir, o bueno, a veces sí, me mato a mi mismo, ¿en qué sentido? Mato mi orgullo para poder hablar de algo que me duele o que no me gusta o para escribir cosas que pueden ir muy directamente contra mí con respecto a algo que no estoy haciendo bien el momento que lo escribo.
Para mí seguirán siendo horrocruxes en cuanto a que dejo una parte de mi alma en cada escrito, tanto los que "ven" la luz como los que aún permanecen guardados a los demás ojos. Hay una parte de mí pues he llorado (de tristeza y de alegría; de dolor, de arrepentimiento y de gozo al saberme perdonado...) con algunos temas con otros me he sentido animado/motivado a seguir adelante en lo que hago y hasta he sentido las fuerzas para hacer cosas nueva. He escrito para mí, para amigos, para mi novia, para mi familia, para mis hermanos de la parroquia, para mis hermanos del grupo de apostolado, para sacerdotes, para autoridades civiles...en fin, escribo con la esperanza puesta en Dios que al menos a una persona en algún lugar del mundo va a servirle algo de lo que publico, pues esta obra no me pertenece a mí sino a mi Señor, tanto así que no estoy escribiendo esto cuando yo quise sino, definitivamente, cuando Dios quería que fuese el momento.
Digo que por ahora porque estoy completamente seguro que esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida: escribir de Dios y de su Iglesia, como método de evangelización para todos los que tengan acceso a este medio. De ahí que busco algún título que llame la atención y así, por curiosidad, alguien lea estas líneas.
Con la ayuda de Dios no serán solo 100 sino todos los que Él quiere que sean, por mi parte, sigo poniendo esto en manos Suyas, porque si dependiese solo de mí, posiblemente no hubiese llegado a 10.
A Dios sea todo el honor y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén. (Como dirían los primeros cristianos).
Cuando tuve esta idea que fuese diferente surgió el interés de resaltar el número 100, el resultado de la búsqueda en Internet (debo confesar que no fue ardua) no me satisfizo, así que decidí escribir lo que saliera del corazón luego de una pequeña oración...y aquí estamos.
Cuando voy a escribir lo primero que hago es invocar al Espíritu Santo, pues estoy firmemente convencido, que todo lo que escribo es inspirado por Dios, caso contrario no tiene sustancia, es como una comida que queda desabrida o una crema que no tiene la consistencia que la hace agradable. Hecho esto empiezo a escribir más como espectador que como artífice, sé que mis manos se mueven porque mi cerebro lo ordena y las palabra se van hilvanando en éste, pero no soy yo el que escribo, sólo presto mis manos.
El número 100, sí, quiero hablar de eso, puede verse como una totalidad, o como un número grande. Se emplea el 100 para referirse que algo está completo: 100% en el cumplimiento de una meta; 100 centenas de X moneda hacen Una (01) unidad monetaria; 100 utiliza Jesús en la parábola de las ovejas que si se pierde una el pastor deja las otras 99 y va en su búsqueda (Lc 15, 1-7); 100 años es una vida larga:;100 es la máxima calificación en ciertas pruebas académicas.
Horrocrux, en la famosa historia del famoso niño mago, se refiere a un objeto en el cual un mago ha dejado parte de su alma (hasta ahí va bien), para convertir cualquier cosa en un horrocrux hay que matar, así se parte el alma de quien hace esto y así puede "guardarse". ¿El objeto de esto? Que el mago nunca va a morir (a menos que destruyan todos los horrocruxes) pues en algún lugar hay un pedazo de su alma "viva". Por supuesto que yo no mato para escribir, o bueno, a veces sí, me mato a mi mismo, ¿en qué sentido? Mato mi orgullo para poder hablar de algo que me duele o que no me gusta o para escribir cosas que pueden ir muy directamente contra mí con respecto a algo que no estoy haciendo bien el momento que lo escribo.
Para mí seguirán siendo horrocruxes en cuanto a que dejo una parte de mi alma en cada escrito, tanto los que "ven" la luz como los que aún permanecen guardados a los demás ojos. Hay una parte de mí pues he llorado (de tristeza y de alegría; de dolor, de arrepentimiento y de gozo al saberme perdonado...) con algunos temas con otros me he sentido animado/motivado a seguir adelante en lo que hago y hasta he sentido las fuerzas para hacer cosas nueva. He escrito para mí, para amigos, para mi novia, para mi familia, para mis hermanos de la parroquia, para mis hermanos del grupo de apostolado, para sacerdotes, para autoridades civiles...en fin, escribo con la esperanza puesta en Dios que al menos a una persona en algún lugar del mundo va a servirle algo de lo que publico, pues esta obra no me pertenece a mí sino a mi Señor, tanto así que no estoy escribiendo esto cuando yo quise sino, definitivamente, cuando Dios quería que fuese el momento.
Digo que por ahora porque estoy completamente seguro que esto es lo que quiero hacer el resto de mi vida: escribir de Dios y de su Iglesia, como método de evangelización para todos los que tengan acceso a este medio. De ahí que busco algún título que llame la atención y así, por curiosidad, alguien lea estas líneas.
Con la ayuda de Dios no serán solo 100 sino todos los que Él quiere que sean, por mi parte, sigo poniendo esto en manos Suyas, porque si dependiese solo de mí, posiblemente no hubiese llegado a 10.
A Dios sea todo el honor y la gloria, por los siglos de los siglos. Amén. (Como dirían los primeros cristianos).
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