Vicios del siglo XXI

En mi casa tenemos varios días sin el servicio de internet ni televisión por cable y he tenido actitudes que me han hecho reflexionar y ver algo que puede se (o es ya) una realidad y es la dependencia a la que hemos llegado los humanos de la tecnología. Estar sin estos servicios me aburre, siento que no tengo qué hacer, como si lo único que tuviera en la casa fuese la tv y la pc. Confieso que entre remordimiento y "no tener" otra cosa para distraerme he compartido con mi familia el ver los canales locales y películas en DVD, hemos pasado más tiempo juntos, compartido más. Pienso que así como estuve yo podrá estar alguien más y ojalá estas líneas le ayuden.

Cierto que la tecnología y sus avances han sido muy útiles y han mejorado la calidad de vida de todos nosotros, sin embargo, si no se le da un uso correcto puede caerse en la tentación de volverse dependiente de la tecnología. Me viene a la mente una especie de chiste: está el esposo en el sillón de su casa, viendo un partido de fútbol en la tv mientras revisa en su celular el grupo de whatsapp en el cual comenta con sus amigos el juego y en su laptop revisa las redes sociales con las actualizaciones de encuentro deportivo que está viendo en ese momento. Repentinamente le viene a la mente las personas que están viviendo "pegadas" a una máquina (éstas por motivo de salud) y le dice a su esposa "cuando me veas dependiendo de una máquina por favor desconéctame" y ella aprovecha la oportunidad y desenchufa la tv y el wifi.



Por más variada que sea la programación por suscripción y la amplitud de contenido que puede encontrarse en la red de información, nunca, jamás, podrá sustituir el calor de la familia y la felicidad de compartir con los seres amados, así sea esa actividad mal llamada "perder el tiempo", por más que no se haga gran cosa y que a simple vista no sea productiva compartir con la familia fortalece los vínculos, da paz al alma, hace bien para el núcleo familiar, es momento de conversar, compartir lo que ocurre, conocerse de verdad.

Por supuesto que me molesta que nos pretenda la empresa cobrar por un servicio que no estamos disfrutando, mas agradezco a Dios por ello pues era necesario para mí sacar tantos agentes de distracción que me hacen olvidar que el amor que recibo de mi familia no lo voy a conseguir en ningún otro lado.

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