Escribir en oscuridad

En estos días me ocurrieron un conjunto de hechos curiosos (quiera Dios algún día los recuerde con gracia) que pueden encasillarse en la diferencia entre luz y oscuridad. Pablo nos ha dicho en 1 Tesalonicenses 5, 4-8 que la diferencia entre los hijos de la luz y de las tinieblas es la intención con la que actúan. Por eso el que es de Dios hace sus cosas en el día, mientras todos lo ven pues no tiene qué esconder, no hay maldad en su obrar. Caso muy distinto del que sabe que lo que hace no es bueno y por eso lo deja para la noche, mientras duermen los demás, que "nadie" vea lo que está haciendo, así solo lo sabe él.
Saco esto a colación por varios escritos que estuve haciendo durante una semana en horario nocturno. En primer lugar alegué que a esa hora me podía concentrar porque estaba solo, mi familia dormía, no había interrupciones, podía concentrarme solo en eso...y una lista de razones tan larga como me provocase. Venía con un problema personal que me estaba afectando mi vida desde todos los puntos de vista que existen. No dormía bien, estaba con ansiedad durante buena parte del día, dolores de cabeza...en fin, expresando físicamente lo mal que me sentía internamente.
Por cosas del diablo (porque no me parecen cosas de Dios) fui introducido a un estilo de escritura que no había experimentado antes, por ende no pensaba que podía escribir así. Y me dejé seducir por las palabras que salían tan fáciles y que expresaban cómo me sentía en esos momentos. Están escritos en un cuaderno y, la verdad, son muy oscuros en cuanto a su contenido. Las cosas que dicen y la forma en que las dice fue poco a poco haciéndome ver que había algo mal en eso, pero me dejé llevar por la sensación de desahogo que, aún sabiendo dónde encontrarla auténticamente, estaba tan absorbido por la noche en que se había convertido "aparentemente" mi vida que no me percataba de ello.
Algunos de esos escritos muestran a Dios intentando entrar en mi vida para sanar heridas, curar dolores...hacerme feliz. De lo que escribí hay varios que hablan del amor de Dios, de la adoración a la Eucaristía; de cosas con las que Él podía enamorarme y que yo rechazaba por motivos equivocados. Es curioso, mas no me sorprende, lo astuto que es el diablo que sabe cómo llegar a cada corazón para atraerlo hacia él, alejándolo de Dios en consecuencia. 
A mí me tocó por la escritura, me hizo creer que estaba bien lo que escribía, muy a pesar del contenido triste, alejado de Dios, derrotista, vengativo, rencoroso...Lo triste no es que lo hizo sino la persona que usó para ello. Supo llegar a lo más sensible de mi personalidad y mientras tanto iba llenándome de grietas y resequedad espiritual. No estoy diciendo, ni pienso hacerlo, que la persona que alabó lo escrito sea mala o diabólica ni nada de eso, lo que sí digo es que se valió de esa opinión para hacerme caer.
Gracias a Dios que me sacó de ahí, ya todo está empezando a resolverse y me siento mejor que antes: más animado, con más ganas de tener fe y esperanza, con un mayor deseo de un auténtico espíritu de caridad. Consciente que de la oscuridad del alma no sale algo bueno, es necesario salir de allí, pedir ayuda, dejarse sacar. No sale bien del origen del mal. No sale verdad de la mentira. Y por encima de todo: no sale Dios del diablo.

Comentarios

Lo más visto

Aplausos

Dementores

Hagamos tres chozas