Cristo y yo...
En estos días me tocó dar un tema a unos hermanos del grupo y quisiera compartir algo curioso que me ocurrió allí.
Yo había visto antes a personas que tienen más experiencia que yo dando temas de formación, charlas, ponencias...como las llamen...que tenían un gesto particular: tomar un crucifijo y apretarlo en su mano todo el tiempo que hablen.
No lo entendía y hasta me parecía supersticioso a pesar de conocer la historia de Manolo Llanos y el significado que él le da a este gesto.
Había pensando copiar esto más por curiosidad que por fe, iba a agarrar un crucifijo de los que tengo en mi casa, pequeño, que me cupiera en la mano pero no lo hice, me di cuenta cuando ya había salido de mi casa y dije que no iba a devolverme por eso y seguí a la iglesia.
Cuando llegué, empecé a acomodar el lugar y prepararme, y a medida que pasaban los minutos me iba poniendo más y más nervioso, super intranquilo y ansioso al punto que me temblaba todo el cuerpo. Por lo general cargo una pequeña camándula en el bolsillo del pantalón (una decena con su cruz) y la tomé en mi mano y me dispuse a dar el tema.
Por supuesto estuve nervioso pero sentía la fuerza que solo Dios puede dar y, para gloria de Dios, el tema salió como debía salir y dije lo que debía decir.
Me queda de experiencia que no es superstición pues no te da fuerzas el objeto que tienes en tu mano sino la fe en lo que eso te recuerda. En este caso la cruz nos recuerda a Cristo y lo fuertes que podemos ser si nos apoyamos en él, lo protegidos que estamos si nos refugiamos en él.
Ya entiendo a mis hermanos; con Manolo Llanos definitavemente quiero decir: Cristo y yo mayoría aplastante.
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