Muchos yo
Hay una película de Phineas y Ferb que me gusta mucho y que por esas cosas locas que Dios hace me vino a la mente conversando con unos amigos. Bromeábamos porque uno de ellos dijo "¿se imaginan muchos como yo?" y salió el recuerdo de un personaje de esta comiquita que andaba como un zombie contagiando a los demás al punto de volver a casi toda la ciudad en otro él. En seguida pensé en ver esto con una óptica cristiana, ¿cómo sería si los cristianos andásemos por el mundo diciendo "muuuchooos yooo" y contagiando a todos de Cristo?
Al final a esto estamos llamados todos los cristianos, a contagiar de Cristo la vida de los demás, la cuestión está en la forma en que lo hagamos pues no podemos andar por el mundo como unos zombies queriendo convertir a todos por el simple contagio, como si fuese una epidemia. Cierto que hay que llevar el Evangelio a todos, cierto que debemos procurar que todos vivan su vida conforme a él, cierto que nuestra única misión es hacer que todos conozcan a Cristo y lo sigan (todo lo demás deriva de ahí) pero más cierto es que la libertad debe estar por encima de todo interés.
Nuestro celo apostólico debe movernos a acercarnos a los demás, nuestro "muchos yo" no debe ser tanto el querer que sean como yo sino que sean como Cristo (pues asumo que todos los cristianos queremos ser como Cristo). Contagiarlos del amor de Dios, del deseo de seguirle y servirle, Que nuestro contacto sea amoroso, se sienta como si Dios los tocara. Contagiarlos de ganas de vivir, de que busquen más las cosas de Dios a las del mundo.
Ojalá todos quisiéramos andar por el mundo contagiando el Evangelio en la vida de los demás y haciendo un contacto sincero y amoroso con todos los que nos encontremos.
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