¿Grupo apostólico o secta? I

Dentro de la Iglesia Católica existen diferentes grupos de apostolado, pero antes de seguir me detengo a explicar esto.

Los grupos apostólicos son un grupo de cristianos que se unen por, con y en la fe para, juntos como hermanos, llevar a Dios a aquellos que no le conocen. Son de diferentes naturalezas pero tienen el mismo fin: llevar a las personas a un encuentro con Cristo.

Las formas son tan diversas como diversas son las personas, y debe ser así, pues ni los gemelos idénticos son iguales, por lo tanto no todos pueden llegar a Cristo de la misma forma.

Siendo así, tenemos en los grupos apostólicos una gran riqueza en nuestra Iglesia, pues nos permiten conocer a Dios y llevarle el Evangelio a los demás hermanos. No me voy a detener hablando de los grupos con nombre y apellido pues desconozco la totalidad y no es la finalidad de este post. Lo que sí lo es es la actitud que algunos cristianos podemos tener para con nuestros hermanos que no forman parte del grupo o se están incorporando.

He visto en algunos de mis hermanos actitudes que, lamentablemente, lo menos que transmiten es el Amor a los demás. Cuando alguien no forma parte de nuestro grupo no podemos hacerlo sentir menos ni podemos tratarlo diferente, pues no sabemos si Dios nos lo está enviando para ayudarlo a encontrar su camino hacia Él.

No podemos creernos más que los demás por formar parte de un grupo de apostolado, al contrario, debemos recordar las palabras de nuestro Señor Jesús: "yo no vine a ser servido sino a servir" (cf Mt 20,28), y el Papa Francisco nos lo recuerda diciendo: "el verdadero poder es el servicio". Como verdaderos cristianos entregados a Dios y a su servicio debemos recordar que nuestro mandato Divino es hacer "que todos sean uno como el Padre y yo somos uno" (cf Jn 17, 21), por lo  tanto no podemos excluir a ninguno de nuestros hermanos en Cristo.

Pero ¿qué sucede cuando actuamos como si fuésemos la última pepsicola del desierto? pues simplemente estamos faltando al mandamiento del Amor: "ámense los unos a los otros como yo los he amado" (cf Jn 15,12) y al fallar en esto (molestese quien se moleste) estamos pecando de soberbia, y con esto somos perfecto anti testimonio de cristiano (y después nos preguntamos por qué la gente se aleja)

El Papa Francisco decía en Semana Santa que "el protagonista es Cristo, no el Papa", más rápido para nosotros actuar como debemos: Cristo es el protagonista. Cantemos como ángeles, oremos como Jesús, escribamos como los profetas o cualquier otro don que Dios haya tenido a bien darnos no somos nosotros quienes nos lucimos, es a Dios a quien hay que hacer brillar.

Ahora, se preguntarán por qué en el título menciono las sectas, pues, a grandes rasgos, las sectas son grupos cerrados, muy cerrados, que no le permiten a sus integrantes relacionarse con los demás, pues ellos tienen la razón y son buenos y los otros no lo son. Esto puede suceder dentro de nuestra Iglesia, algunos pueden tomar esas actitudes y allí es donde debemos luchar contra ellos, pero ojo que no es literal, la lucha a la que me refiero es al estilo cristiano. Si vemos a algún hermano obrar así busquémosle y hablémosle a solas, digamos lo que nos preocupa, si no nos escucha busquemos al sacerdote, su orientación como pastor, y si esto no da resultado esgrimamos nuestras mejores armas: oración y Eucaristía.

No permitamos que nuestro lado humano nos aleje de Dios, y empecemos orando por nosotros, para que Jesús nos haga humildes como lo fue su madre María y no seamos nosotros los que nos alejemos de Dios y del camino que nos tiene a cada uno de nosotros.