¿Grupo apostólico o secta? II
Los grupos de apostolado de la Iglesia deben ser instrumento de evangelización, es decir, llevar la Palabra de Dios a los demás. Pero esto no solo se hace con palabras (por muy bonitas y/o rebuscadas que sean), también se hace con los actos, y cuidado si no es esto último lo que más evangeliza o des-evangeliza.
Los grupos apostólicos son una pequeña comunidad cristiana (o deben serlo), por ello sus miembros deben actuar como los primeros cristianos: con amor, en unidad, buscando el bien común, llevando a Dios a quienes no le conocen o lo necesitan; resumiendo, deben ser comunidad de Amor.
Ahora, ¿qué sucede cuando no actúan así?. Cuando a algún integrante de un grupo de apostolado se le olvida el mandato del amor que nos dejó Jesucristo empieza a actuar de forma contraria a la fe. ¿cómo así? bueno, empieza a tratar mal a los hermanos, bien por malas respuestas, o por actitudes soberbias, o por no considerarl@ para cualquier actividad que tengan, no aclarando sus dudas, no ayudándole a crecer en la fe y en el servicio.
Cuando formamos parte de un grupo de la Iglesia debemos ser diferente a cualquier grupo secular (que no está con Dios). En nuestro caso no podemos ni creernos más que los demás, ni podemos querer someter a los hermanos del grupo a nuestra voluntad. Cuando formamos parte de un grupo apostólico debemos buscar que todos participemos en todo y que todos tengamos un crecimiento espiritual y también en conocimiento.
Lo otro que está prohibido hacer cuando formamos parte de la Iglesia es creer que nuestro grupo es mejor que cualquier otro. Estamos bien nosotros los miembros de este grupo pero los que están fuera de nosotros están mal. Esto último ya roza lo sectario.
Creer que los demás están mal o que son menos que nosotros, creer que nosotros estamos más cerca de Dios, creer que estamos por encima del sacerdote y peor aún, creer que estamos por encima de Dios son actitudes completamente separatistas pero para mal. Me explico, cuando como grupo empezamos a cerrarnos sobre nosotros mismos, no interactuamos con los demás miembros de la Iglesia que forman parte de otros grupos de apostolado o que no forman parte de ningún grupo, cuando ponemos los intereses de nuestro grupo por encima de la parroquia o incluso por encima de Dios estamos actuando de forma sectaria.
Una secta es una división, o un derivado, o una separación, pero no como curso natural del grupo original sino como producto del egoísmo y la desviación de un grupo de personas.
Si creemos que nosotros que formamos parte de X grupo apostólico somos los que mandamos en la parroquia y que el sacerdote tiene que hacer lo que decimos y hasta pretendemos hacer nuestra soberbia voluntad en nombre de Dios estamos siendo una secta, pues hemos perdido el norte original, hemos perdido el camino a Cristo.
Lo que nos debe caracterizar como cristianos que nos decimos es el amor hacia los hermanos. Si vemos que algún hermanito está yendo a misa con frecuencia pero no comulga debemos acercarnos e invitarlo a la confesión si es lo que necesita o a dirección espiritual con el sacerdote para que resuelva algún problema que sea lo que le impida acercarse más a Dios, pues ese es nuestro deber como cristianos, como miembros de un grupo de apostolado, llevar a las personas a un encuentro con Dios, nosotros somos simplemente inútiles instrumentos de Dios como dice San Pablo.
Y eso debemos cuidarlo mucho pero mucho mucho, nosotros somos instrumentos de Dios, no somos nosotros los que ayudamos a la persona, es Dios en su infinita misericordia que se vale de nosotros para acercarse a una persona que Él quiere llamar a su Iglesia. No podemos nosotros pretender hacer la labor del sacerdote ni mucho menos pretender irrespetar la institución que Jesús dejó.
Como laicos comprometidos que somos tenemos que trabajar al lado de nuestro pastor, siguiendo sus directrices, nunca separados de él.
Oremos hermanos para que no se meta el Enemigo entre nosotros con sus pretensiones de destruir la obra que Dios ha hecho y recordemos que somos una pequeña común-unidad dentro de la gran común-unidad que es la Iglesia de Jesucristo.
Los grupos apostólicos son una pequeña comunidad cristiana (o deben serlo), por ello sus miembros deben actuar como los primeros cristianos: con amor, en unidad, buscando el bien común, llevando a Dios a quienes no le conocen o lo necesitan; resumiendo, deben ser comunidad de Amor.
Ahora, ¿qué sucede cuando no actúan así?. Cuando a algún integrante de un grupo de apostolado se le olvida el mandato del amor que nos dejó Jesucristo empieza a actuar de forma contraria a la fe. ¿cómo así? bueno, empieza a tratar mal a los hermanos, bien por malas respuestas, o por actitudes soberbias, o por no considerarl@ para cualquier actividad que tengan, no aclarando sus dudas, no ayudándole a crecer en la fe y en el servicio.
Cuando formamos parte de un grupo de la Iglesia debemos ser diferente a cualquier grupo secular (que no está con Dios). En nuestro caso no podemos ni creernos más que los demás, ni podemos querer someter a los hermanos del grupo a nuestra voluntad. Cuando formamos parte de un grupo apostólico debemos buscar que todos participemos en todo y que todos tengamos un crecimiento espiritual y también en conocimiento.
Lo otro que está prohibido hacer cuando formamos parte de la Iglesia es creer que nuestro grupo es mejor que cualquier otro. Estamos bien nosotros los miembros de este grupo pero los que están fuera de nosotros están mal. Esto último ya roza lo sectario.
Creer que los demás están mal o que son menos que nosotros, creer que nosotros estamos más cerca de Dios, creer que estamos por encima del sacerdote y peor aún, creer que estamos por encima de Dios son actitudes completamente separatistas pero para mal. Me explico, cuando como grupo empezamos a cerrarnos sobre nosotros mismos, no interactuamos con los demás miembros de la Iglesia que forman parte de otros grupos de apostolado o que no forman parte de ningún grupo, cuando ponemos los intereses de nuestro grupo por encima de la parroquia o incluso por encima de Dios estamos actuando de forma sectaria.
Una secta es una división, o un derivado, o una separación, pero no como curso natural del grupo original sino como producto del egoísmo y la desviación de un grupo de personas.
Si creemos que nosotros que formamos parte de X grupo apostólico somos los que mandamos en la parroquia y que el sacerdote tiene que hacer lo que decimos y hasta pretendemos hacer nuestra soberbia voluntad en nombre de Dios estamos siendo una secta, pues hemos perdido el norte original, hemos perdido el camino a Cristo.
Lo que nos debe caracterizar como cristianos que nos decimos es el amor hacia los hermanos. Si vemos que algún hermanito está yendo a misa con frecuencia pero no comulga debemos acercarnos e invitarlo a la confesión si es lo que necesita o a dirección espiritual con el sacerdote para que resuelva algún problema que sea lo que le impida acercarse más a Dios, pues ese es nuestro deber como cristianos, como miembros de un grupo de apostolado, llevar a las personas a un encuentro con Dios, nosotros somos simplemente inútiles instrumentos de Dios como dice San Pablo.
Y eso debemos cuidarlo mucho pero mucho mucho, nosotros somos instrumentos de Dios, no somos nosotros los que ayudamos a la persona, es Dios en su infinita misericordia que se vale de nosotros para acercarse a una persona que Él quiere llamar a su Iglesia. No podemos nosotros pretender hacer la labor del sacerdote ni mucho menos pretender irrespetar la institución que Jesús dejó.
Como laicos comprometidos que somos tenemos que trabajar al lado de nuestro pastor, siguiendo sus directrices, nunca separados de él.
Oremos hermanos para que no se meta el Enemigo entre nosotros con sus pretensiones de destruir la obra que Dios ha hecho y recordemos que somos una pequeña común-unidad dentro de la gran común-unidad que es la Iglesia de Jesucristo.
Comentarios
Publicar un comentario