La importancia del saludo


De niño y de adolescente mi mamá bastante me decía que a donde fuera saludara, que es señal de educación y de respeto y que no me quita nada el hacerlo. Me pasó algo curioso en estos días, dos casos muy distintos pero que me dejaron por igual sorprendido.

Estaba en una fila esperando ser atendido y pasa un señor y me saluda con bastante efusividad, yo le devuelvo el saludo con el mismo entusiasmo, mi mamá ve esto y me pregunta quién es y le respondo con la verdad: no se quién es. Quien me conoce sabe que soy despistado y aunque considero que soy mejor para recordar caras que nombres debo confesar que no recuerdo haberlo visto antes.

Otro día, viniendo al trabajo me saluda una señora que sí reconocí (aunque tardé en hacerlo), igual con mucho cariño de ella hacia mí y viceversa, me comentó que ya no trabaja en la limpieza de las calles con la alcaldía (que era como casi a diario la saludaba al encontrármela). Este saludo me alegró bastante, en parte por el cariño que recibí y en parte (quizás la mayor) porque me hizo sentir a Cristo que me saludaba.

Y esto último me trae a la memoria un saludo que me dio una hermana del grupo parroquial. Fue un abrazo fuerte fuerte, mi contesta fue "¿cómo sabías que necesito eso?" y me volvió a abrazar de igual forma. Ese día estaba un poco bajo de ánimos y de nuevo ese cariño me hizo sentir mejor.

Resultado de imagen para personas abrazandose

A un promotor de abrazos como soy yo (prefiero saludar con abrazos, me hace sentir más cerca de esa persona) esto me recuerda a Cristo y su amor, ese contacto no solo acorta distancias físicas sino que une (así sea por segundos) a dos corazones, dos almas; esto lo digo porque un abrazo no se le da a cualquiera, un abrazo sincero. Por compromiso cualquiera saluda sin embargo éste es no muy efusivo, más por educación y respeto que por un deseo sincero de cercanía, el abrazo rompe protocolos, rompe esquemas, rompe incluso el hielo.

Cuando se saluda le estamos regalando un poco de felicidad a esa persona, le alegras el día, la sacas de sus pensamientos...lo despiertas al mundo real y le haces ver las maravillas de un Dios que nos ama y que usa nuestra humanidad para demostrárnoslo. Saludar más que un gesto de educación y respeto debería ser un deseo auténtico de acercarse a la persona, debería ser un "no se quién eres, o tal vez sí pero me da igual, te saludo porque es Cristo quien te saluda, te abrazo porque es Él quien quiere abrazarte y te deseo un feliz día porque Dios quiere que la dicha y el gozo inunde tu ser"

Comentarios

Lo más visto

Aplausos

Dementores

Hagamos tres chozas