¿Para quién escribo?
Lo que voy a compartir con ustedes no se si deba o esté correcto, sin embargo lo voy a hacer porque es una inquietud sana, o al menos así me parece a mí.
Al ver las estadísticas que me ofrece esta herramienta de las visitas a las entradas del blog me pregunto ¿realmente "me" lee esa cantidad de personas? ¿El mensaje que quiero transmitir está, de verdad, llegando a ese número de almas? Y no quiero caer en la banalidad de por crecer las estadísticas pensar que estoy haciendo bien el trabajo, porque esto es eso para mí, mi trabajo. Cristo nos mandó al mundo a llevar su Evangelio a todos los rincones y es la misión de los cristianos que no quede ni un alma sin oír hablar de Jesús y su plan de salvación para nosotros.
No hay mejor comunicación que la que se pueda dar entre dos personas que están frente a frente (o más en el caso de ser una charla, ponencia, escuela, catequesis...), sin embargo la tecnología permite que, a una rapidez alucinante, personas de otro continente en el que yo habito lean lo que publico. El poder de este medio de comunicación es tremendo, por ello la urgencia que los cristianos no solo lo usemos sino que lo bien usemos pues es fácil perderse entre tanto "mundos" interconectados a un cosmos (a fin de cuentas eso es internet, respetando las definiciones formales) y olvidarse de lo que realmente importa y es lo que se quiere transmitir.
Por gracia de Dios tengo esta habilidad para comunicarme a través de la palabra escrita y así poder expresarme mejor y dar a entender conceptos que, tal vez, de forma oral me cueste más. Para mí esto es un don y como tal es, a su vez, tarea, pues el Señor no me ha dado esto para vanagloriarme o sentirme superior al resto (humanamente hablando sé que me falta mucho para poder sentirme un verdadero escritor: técnica, investigación, conocimientos...) y como tal lo quiero vivir, no me pertenece, de hecho son pocas las cosas que están aquí publicadas (y las que no) que me atrevo a decir que son mías, todo lo que "cuelgo" aquí es de ustedes, de quien me lee, pues el mensaje que quiero transmitir (o confío sea así) no es mío, es Dios mismo el que quiere llegar a ustedes usando mis torpes palabras para ello.
Sin embargo, humano al fin, hay momentos de debilidad y tentación en los cuales me pregunto si realmente me leen, más allá de lo que las estadística digan yo soy del tipo de personas que necesita el feedback, ese intercambio de opiniones para saber que realmente está llegando lo que quiero decir y quienes han compartido su proceso de catequesis conmigo saben (a veces "sufren") que esto para mí es muy importante, necesario, me atrevería a decir que vital. ¿Cómo sé que estoy haciendo las cosas bien si a quien va mi mensaje no interactúa conmigo? Por ello voy a pedirle un favor a quien pueda leer esto, bueno dos favores, el primero que me perdonen por no agradecerles la dedicación que le han puesto a leer esto; el segundo es que en los comentarios dejen alguna opinión o crítica (serán bien recibidas estas últimas pues mi intención es mejorar) e incluso algún tema que quisieran les comparta por este medio (prometo hacer la tarea y documentarme para entregarles algo de calidad).
En caso no de querer hacerlo público mi correo está a la orden: gmerlo89@gmail.com
Agradecido y confiando en Dios me despido deseándoles un bendecido día.
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