En Adviento
Caminamos en la tierra
con los ojos en el Cielo,
peregrinos de este mundo
llamados al eterno.
Nuestros hombros van cargados
de pesares y lamentos
mientras nuestro corazón grita
reclamando su sustento.
Nuestros ojos quieren verte,
nuestro brazos abrazarte,
nuestros labios saborearte,
nuestros cuerpos recibirte.
Vamos encaminados
a tu encuentro en el pesebre
con el corazón cansado
y tu promesa ya presente.
Publicado originalmente el 09/12/2018
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