Los mandamientos

Muchos quieren llegar lejos,
otro tanto llegar a viejo,
en cambio mi mayor anhelo
es poder llegar al Cielo.

Por eso se hace necesario,
sudar hasta ganar mi denario,
es cierto que no gano un premio,
de nada vale mi esmero.

La patria celeste es un don
que gratuitamente da el Señor,
pues no hay labor humana
que supere el amor que emana
del que siendo tres veces santo
nos ha amado tanto.

Sin merecer del Cielo ni la mitad
Él nos lo entrega en totalidad,
nos da el don de ser amigo
a los que éramos enemigos,
pero no del Dios que da la vida
sino de la solicitud divina.

Amar a Dios sobre toda cosa
despertó una generación celosa,
y armados de mandamientos
mataron al hombre contento.

A Moisés le dieron diez
pero agregaron seiscientos tres,
¿cómo se puede a Dios amar
si todo lleva al hombre a pecar?
y no estoy en plan juzgón
pero así no llega la conversión.

Si todo lo que se ve es pecado
¿quién se quedará con el legado?
Si todo hombre es pecador
¿cómo adorar a este Señor?

Bendito sea el Señor Jesucristo
que explica lo que está escrito,
resumió todos los mandamientos
al llegar al amor perfecto:
por encima de todo amor a Dios
y al hermano como él enseñó.

Publicado originalmente el 26/04/2016

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