En la oración
Rozando la divinidad con mis dedos,
tocando poco a poco el Cielo,
besando con amor sincero,
contemplando al Dios bello.
Así se siente la oración en mi vida,
así me siento ante el Dios que prodiga,
más que un consuelo la guía,
más que una ayuda, un auxilio,
más, mucho más de lo que pido.
Siento sumergirme en un mar,
un mar ancho y de profundidad,
un mar sin comienzo ni final,
que por más muestra de voluntad
jamás y nunca podré abarcar.
La oración se siente, sí se siente,
como un refugio ante el miedo,
donde, más que esconderme, quiero
reencontrarme con el amor primero,
con ese Dios que es más que bueno.
tocando poco a poco el Cielo,
besando con amor sincero,
contemplando al Dios bello.
Así se siente la oración en mi vida,
así me siento ante el Dios que prodiga,
más que un consuelo la guía,
más que una ayuda, un auxilio,
más, mucho más de lo que pido.
Siento sumergirme en un mar,
un mar ancho y de profundidad,
un mar sin comienzo ni final,
que por más muestra de voluntad
jamás y nunca podré abarcar.
La oración se siente, sí se siente,
como un refugio ante el miedo,
donde, más que esconderme, quiero
reencontrarme con el amor primero,
con ese Dios que es más que bueno.
Comentarios
Publicar un comentario