Espinas

Por ti metí mis manos entre espinas,
no me importó dolor, sangre y heridas.
Lastimaron mis dedos,
mi corazón, mi alma, mis sueños.
Por ti metí mis manos entre espinas,
por rescatarte, por salvarte la vida.
Mis manos dolían, el daño causado
abrazaba mi cuerpo, ensangrentado.
Por ti metí mis manos entre espinas,
el dolor agobiaba pero tú lo valías.
Entregado a ti, a tus penas, tus miedos,
enseñándote a estar encima de ellos.
Por ti metí mis manos entre espinas,
rompiendo las cadenas que hacían,
envolviéndote en su ponzoña de envidia.
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